
Alberto Plaza, el renombrado cantautor chileno, ha estado celebrando sus 40 años de carrera musical con un tour por diversos países, incluyendo Ecuador. En una reciente conversación, el artista reflexionó sobre su legado y la importancia del Festival de Viña del Mar, un evento que lo catapultó a la fama en 1985. Plaza describió el festival como un escenario donde el público es lo más exigente, destacando que allí el artista puede ser amado o aborrecido en cuestión de minutos.
El cantautor, que ha dejado una huella en la música latina, comentó sobre las transformaciones de la industria musical a lo largo de las décadas. A pesar de no estar al tanto de las nuevas tendencias, como el trap, expresó su admiración por la escena musical y su deseo de absorber la rica cultura que ha encontrado en Ecuador. Plaza subrayó la rapidez del tiempo en la vida de un artista, instando a sus colegas a aprovechar cada momento.
En cuanto al Festival de Viña del Mar, Plaza enfatizó la necesidad de respeto y talento al enfrentarse a un público tan formidable. Reconoció que los artistas deben dar lo mejor de sí mismos para ganarse el cariño de esta audiencia difícil. Su legado sigue vivo no solo a través de su música, sino también en su capacidad para adaptarse y apreciar la diversidad cultural que encuentra en sus múltiples encuentros en Latinoamérica.
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