La percepción de la inteligencia artificial (IA) como una tecnología especial y potencialmente peligrosa ha llevado a un debate polarizado entre sus defensores y detractores. Sin embargo, dos investigadores de Princeton han planteado una nueva perspectiva, sugiriendo que deberíamos empezar a considerar la IA como una tecnología normal, similar a la adopción de la electricidad o el internet. Según ellos, es esencial diferenciar entre la rápida evolución de las técnicas de IA y su implementación práctica en la sociedad, que históricamente ha sido un proceso más lento.
Los investigadores argumentan que el enfoque actual, que trata a la IA como una especie de entidad autónoma con el potencial de ser superinteligente, es problemático. Proponen que la discusión se centre en cómo la IA puede afectar temas sociales existentes, como la desigualdad y el mercado laboral, en lugar de especular sobre futuros distópicos o utópicos. La idea es que, aunque AI parece avanzar rápidamente, su adopción y verdadero impacto en nuestras vidas será un proceso gradual y más controlado.
Además, hacen un llamado a replantear las políticas actuales que ven la competencia por la superioridad en IA como una prioridad de seguridad nacional, argumentando que es más importante fortalecer nuestras instituciones democráticas y mejorar la comprensión técnica del gobierno sobre la IA. En un ambiente donde la rapidez de desarrollo tecnológico supera la comprensión social, es crucial adoptar una postura más pragmática y menos alarmista hacia el futuro de la inteligencia artificial.
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