
Recientes documentos filtrados del Departamento de Estado de Estados Unidos han expuesto un intento sistemático por parte de un alto funcionario, Darren Beattie, de recopilar comunicaciones internas sobre figuras públicas que han criticado al expresidente Donald Trump. Esta revelación sugiere un esfuerzo por desmantelar lo que Beattie llama el ‘complejo de censura’ que, según él, silencia las voces de la derecha en el país. La solicitud incluye numerosos nombres, organizaciones y términos clave vinculados a la discusión sobre desinformación y otros temas políticos sensibles.
El informe, inicialmente compartido en una reunión reservada, ha causado preocupación entre los empleados del Departamento, quienes consideran que las solicitudes de Beattie podrían interpretarse como una ‘cacería de brujas’. Estos funcionarios expresaron que el alcance de las solicitudes es inusualmente amplio y podría poner en riesgo la privacidad y la seguridad de muchas personas. Beattie, designado por Trump, busca proporcionar una versión de los documentos internos, similar a los actualmente obtenidos de Twitter, con la intención de ‘reconstruir la confianza’ en el gobierno.
El documento reveló que el departamento estaba dispuesto a investigar a críticos como Bill Kristol, Anne Applebaum y otros investigadores de desinformación. Muchos especialistas en libertad de prensa han calificado esta estrategia como una amenaza directa a la transparencia y a la capacidad de los periodistas para establecer relaciones de confianza. La situación ha llevado a un ambiente de temor y represión, incluso provocando el cierre de la oficina que gestionaba la diseminación de información sobre desinformación extranjera, lo que aumentó las alarmas sobre el futuro de la libertad de expresión en el país.