
Recientemente, un alto funcionario del Departamento de Estado de EE. UU., Darren Beattie, ha revelado una ambiciosa iniciativa que busca documentos internos relacionados con una extensa lista de figuras públicas, muchos de los cuales han sido críticos del expresidente Trump. Esta acción ha suscitado preocupaciones sobre un posible ‘caza de brujas’ que podría comprometer la privacidad y la seguridad de los involucrados. Se especula que Beattie pretende aprovechar esta información para apoyar la narrativa de censura hacia las voces de la derecha.
Beattie, quien fue nombrado por Trump, ha solicitado serias averiguaciones sobre comunicaciones entre la oficina de Manipulación de Información Extranjera y destacados periodistas y críticos, incluyendo a miembros de la alta dirección que han hecho frente a las campañas de desinformación. El documento intriga por su amplitud, abarcando desde personal del Departamento hasta individuos como Bill Gates y organizaciones dedicadas a la verificación de hechos, generando inquietudes sobre las motivaciones detrás de estas solicitudes.
La sorpresa aumentó al enterarse de que la operación se enmarca dentro de un esfuerzo mayor por controlar o influir en la percepción pública de los críticos, dado que Beattie ha sido parte de una narrativa que considera la existencia de un ‘complejo industrial de censura’ contra la derecha. Con el cierre inminente de la oficina que había sido su centro de operaciones, la comunidad ha expresado su temor de que la solicitud de documentos pueda dar pie a una manipulación que comprometería la integridad informativa y resultaría en un clima de miedo para aquellos que investigan la desinformación, lo que debería alarmar a todos.