
Apple ha tomado un camino controvertido para alcanzar su objetivo de carbono neutral al apostar por el cultivo de millones de eucaliptos en Brasil. Aunque la compañía promete que estos árboles serán parte de una solución climática escalable, muchos ecólogos y residentes locales tienen serias dudas sobre la viabilidad de esta estrategia. Con un paisaje que recuerda a un desierto verde, la estética de estos cultivos ha dividido a la comunidad; algunos piensan que traen belleza, mientras que otros los ven como desiertos de verdor que podrían provocar devastadores incendios en el futuro.
Los cultivos de eucalipto, aunque prometen almacenamiento de carbono, son considerados por algunos críticos como una excusa para aumentar la explotación de la tierra, ya que transforman el Cerrado, un ecosistema biodiverso, en un paisaje monótono y de rápido crecimiento. A pesar de los argumentos de sostenibilidad, los detractores advierten que el uso intensivo de eucalipto puede llevar a una sequía excesiva y a una disminución en la biodiversidad local. Por otro lado, la industria asegura que se están implementando prácticas para mitigar estos riesgos, buscando equilibrar la producción de pulpa y papel con las medidas de conservación de la flora nativa.
Mientras que la presión por cumplir promesas climáticas crece, la estrategia de Apple y otras compañías tecnológicas podría tener repercusiones profundas en la ecología de la región. La búsqueda de soluciones a corto plazo con el eucalipto presenta un dilema: ¿Podría la ambición de una producción rápida y rentable eclipsar la necesidad de un enfoque más holístico y de largo plazo para la conservación del Cerrado? A medida que los debates continúan, el futuro de este ecosistema, y la efectividad real de los créditos de carbono, siguen siendo un tema candente de discusión.
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