
El año 2025 ha comenzado con un duro golpe para la tecnología climática en Estados Unidos, con la cancelación de al menos 16 proyectos a gran escala que representan un total de $8 mil millones. Este fenómeno ha sido impulsado por revisiones drásticas en las políticas federales, así como por la incertidumbre del mercado relacionada con la demanda de tecnologías energéticas. Esta ola de cancelaciones es notablemente mayor en comparación con los años anteriores, lo que indica un entorno precario para el sector.
Entre los principales factores detrás de estas cancelaciones se encuentran los esfuerzos de la Casa Blanca para recuperar inversiones federales, incluidas algunas prometidas bajo la Ley de Reducción de la Inflación. Además, la implementación de nuevos aranceles sobre productos importados, especialmente aquellos de China que dominan las cadenas de suministro de baterías y otras tecnologías energéticas, ha añadido presión al ya frágil panorama para las inversiones en tecnología climática. A pesar de los desafíos, muchos proyectos continúan en construcción, aunque no al nivel esperado en un entorno más estable.
Expertos como Michael Timberlake y Jay Turner advierten que la incertidumbre en el sector de energía limpia está llevando a numerosas cancelaciones, reducciones y pausas en los proyectos. A pesar de las cancelaciones, se han anunciado numerosos proyectos desde la legislatura de 2022, lo que revela que, aunque el futuro es incierto, todavía hay esperanza en el desarrollo de la energía renovable. La reciente cancelación de una fábrica en Georgia subraya las decisiones difíciles que deben tomar las empresas frente a un mercado volátil.
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