Ryan Coogler, el director de Sinners, compartió que la escena post-créditos es clave para comprender el filme. Al ver esa escena, él se emocionó profundamente, recordando a su difunto tío James, quien influyó en su amor por la música blues. Coogler menciona que la película es, en esencia, una carta de amor al blues y a la memoria de su tío, quien falleció durante la post-producción de Creed.
La escena muestra a un anciano Sammie, interpretado por el músico George ‘Buddy’ Guy, quien desestima una oferta de vida eterna de dos vampiros, prefiriendo tocar sus viejas composiciones. Esta secuencia conecta con la historia central de la película, donde el trauma de la familia se fusiona con el legado musical que Sammie elige seguir, lejos de la vida que su padre deseaba para él.
Coogler reveló que el primer día de rodaje se dedicó a grabar esta escena crucial y emocional. Durante la filmación, un momento desenfadado y cómico llevó al director a reflexionar sobre su relación con su tío y la pérdida. Esta conexión personal con la narrativa hace que Sinners no solo sea una obra de ficción, sino también una exploración del duelo y el recuerdo a través del arte.
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