
El director Randall Miller, a cargo del fallido biopic Midnight Rider, revive la trágica muerte de Sarah Jones, una asistente de cámara, quien perdió la vida en un accidente con un tren en el set en 2014. A pesar de las acusaciones de que su equipo no tenía autorización para filmar en las vías del tren, Miller sostiene que contaban con un acuerdo legal y una ‘plena operación’ durante la filmación. Según él, la compañía Rayonier había firmado contratos y enviaba representantes para facilitar el rodaje.
El accidente ocurrió cuando Jones, intentando escapar de un tren que se aproximaba a gran velocidad, fue alcanzada, lo que también resultó en lesiones para otros miembros del equipo. Miller, quien fue condenado por homicidio involuntario, reflexiona sobre la tragedia y la serie de malentendidos que rodearon la filmación. Asegura que había un protocolo claro con las empresas involucradas y que el equipo había recibido instrucciones sobre la seguridad en las vías.
El dolor de la tragedia no solo afectó a Miller, sino que dejó cicatrices profundas en la familia de Jones, quien presentó una demanda por muerte injusta que se resolvió tras negociaciones con los productores y la compañía ferroviaria. El biopic, que iba a contar con la participación de un conocido actor, fue cancelado tras el fatídico evento, y aunque Miller completó su sentencia de cárcel y probation, la sombra de lo ocurrido continúa persiguiéndolo.