Elon Musk ha despedido a más de 110.000 empleados de distintas agencias gubernamentales en Estados Unidos. Esta ola de despidos ha generado un gran descontento entre los exempleados, quienes ahora están en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales. Sin embargo, esta situación ha llamado la atención de potencias como China y Rusia, quienes están viendo en estos antiguos funcionarios una oportunidad para reclutarlos como espías.
Los empleados despedidos, especialmente aquellos con acceso a información sensible, están siendo considerados objetivos atractivos por los servicios de inteligencia de ciertos países adversarios de Estados Unidos. Plataformas como LinkedIn se han convertido en herramientas para que estos servicios de inteligencia encuentren y contacten a exempleados frustrados con ofertas de empleo que en realidad encubren intenciones mucho más siniestras.
El descontento generado por los despidos no solo crea un caldo de cultivo para el reclutamiento en espionaje, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la seguridad nacional de Estados Unidos. Con tecnologías y estrategias utilizadas por gobiernos extranjeros para atraer a estos exempleados, la situación se torna crítica. Los expertos advierten que este tipo de despidos masivos lleva a la vulnerabilidad de la renovación del acceso a información confidencial.
