
Un cohete Falcon 9 de SpaceX reentró sin control en la atmósfera sobre Polonia, causando caída de restos en tierra. El incidente generó preocupación y descontento en el gobierno polaco, que resultó en la destitución del presidente de la Agencia Espacial Polaca, Grzegorz Wrochna. El cohete, que había fallado al desorbitar, se desintegró y provocó la crisis cuando varios fragmentos cayeron cerca de Poznan.
La Agencia Espacial Polaca (POLSA) inicialmente afirmó haber informado a las autoridades sobre la caída, pero surgieron contradicciones cuando el Ministro de Desarrollo y Tecnología demandó respuestas. A pesar de que POLSA corrigió el error de las direcciones de correo electrónico, la situación se complicó aún más con un ciberataque que interrumpió sus operaciones.
Finalmente, el 11 de marzo, el gobierno polaco decidió despedir a Wrochna por su manejo inadequado del incidente. SpaceX, por su parte, aseguró que no había materiales tóxicos en los restos, brindando información sobre cómo reportar cualquier hallazgo relacionado, mientras la tormenta política se desató en Polonia a causa de este evento inesperado.