Elon Musk ha enfrentado una semana de calamidades que ponen en jaque su imperio tecnológico. Tesla estuvo bajo fuertes ataques y protestas, afectando gravemente su imagen y la confianza de los inversores. Aunque al inicio de la semana las acciones de Tesla sufrieron una caída significativa tras la reacción negativa del mercado, a medida que pasaron los días, la situación se estabilizó un poco, pero no sin antes sufrir vandálicos ataques en sus instalaciones.
Por otra parte, la red social X, que Musk ha hecho suya, fue víctima de un ciberataque masivo. Este ataque, reivindicado por un grupo de hackers pro palestinos, dejó al descubierto vulnerabilidades en cuanto a la seguridad de los servidores de la plataforma. Musk afirmó que la intensidad del ataque fue inusual y que el sistema estaba expuesto a los peligros diarios que enfrenta la red social.
Finalmente, la falla del vuelo de prueba de Starship añadió más leña al fuego de su tragedia semanal. En un primer intento de laboratorio, la nave sufrió una explosión, arrojando escombros sobre parte del Caribe y alterando más de 240 vuelos comerciales. Además, en una reunión con figuras políticas, Musk tuvo enfrentamientos con líderes del Partido Republicano, quienes cuestionaron sus propuestas para recortes drásticos de presupuesto en áreas clave, consolidando su imagen como un empresario en medio de la tormenta política.
