Ecuador vive un momento crítico con el paro nacional que se extiende por 16 días, convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) en respuesta a la eliminación del subsidio al diésel. La situación en el país es tensa, con vías bloqueadas y un ambiente de incertidumbre. Aunque el presidente de la Conaie, Marlon Vargas, ha intentado enviar un mensaje conciliador, las autoridades han respondido pidiendo una investigación en su contra por presunto terrorismo, lo que complica aún más el diálogo entre el Gobierno y los líderes indígenas.
En Quito, el Centro Histórico está fuertemente custodiado por vallas y con un notable disminución de personas en las calles. Significativos bloqueos de vías se han reportado en varias provincias, incluyendo Chimborazo e Imbabura, donde los manifestantes han utilizado diversas formas de protesta. A pesar de la fuerte presencia policial, las manifestaciones continúan, incluyendo planes de cacerolazos y marchas, lo que demuestra que el descontento social está lejos de amainar.
El Gobierno ha emitido recomendaciones para evitar ciertas rutas afectadas por los bloqueos, y la falta de soluciones visibles para el conflicto plantea preocupaciones sobre cómo se desarrollarán las negociaciones. Sin indicios de un acuerdo inminente, la situación en Ecuador sigue siendo volátil, con el pueblo demandando atención a sus necesidades y derechos en medio de un escenario político complejo.
