
El miércoles 17 de septiembre de 2025, un paciente de hemodiálisis falleció mientras participaba en una protesta frente al Hospital General Docente de Ambato, en la provincia de Tungurahua. Este hombre de 62 años se desmayó durante la jornada de resistencia, en la que exigía al gobierno la provisión de insumos y medicinas necesarias para su tratamiento. La protesta fue convocada por un grupo de pacientes renales que denunciaban la escasez crítica de materiales esenciales para tratamientos de hemodiálisis en la región.
La situación se tornó caótica cuando el paciente comenzó a sentirse mal y se desplomó ante sus compañeros. Aunque el personal de salud y paramédicos intentaron reanimarlo, sus esfuerzos fueron en vano y se confirmó su fallecimiento. Este trágico evento no es un hecho aislado, sino el reflejo de una profunda crisis en el sistema de salud que afecta a miles de pacientes crónicos en Ecuador, que sobreviven en medio de la incertidumbre debido a la falta de insumos médicos.
La muerte de este paciente se convierte en un símbolo de la desatención estatal y ha suscitado reacciones enérgicas de los afectados. Según sus compañeros, esta tragedia podría haberse evitado si las autoridades hubieran garantizado los recursos necesarios para los tratamientos. Esta lamentable ocasión destaca la urgente necesidad de mejorar las condiciones de salud pública en el Ecuador y garantiza el derecho a la salud de todos los ciudadanos.