
El 16 de septiembre de 2025, Cuenca vibró con la ‘Marcha por el Agua’, una masiva manifestación que reunió a alrededor de 40.000 personas en defensa de los recursos hídricos. La cita se inició en la mañana y recorrió las principales calles de la ciudad, donde gritos de ‘el agua no se vende’ resonaron entre los manifestantes. La participación incluyó a comunidades indígenas, organizaciones ambientalistas y autoridades locales, quienes alzaron sus voces en contra del proyecto minero de Loma Larga impulsado por la empresa canadiense Dundee Precious Metals.
La ceremonia ancestral en la plazoleta de San Roque fue uno de los momentos más emotivos, recordando la importancia sagrada del agua y la necesidad de protegerla frente a los intereses extractivos. En la Plaza San Francisco, se realizó una misa con la bendición del agua, simbolizando la unión de la comunidad en su lucha por preservar el líquido vital. Los organizadores advirtieron sobre las potenciales consecuencias de la minería, que podría contaminar las fuentes de agua y afectar a la mitad de la población cuencana.
El proyecto minero ha avivado un conflicto que no es nuevo en la región. Años atrás, diversas consultas populares demostraron la oposición ciudadana a la minería en áreas de recarga hídrica. A pesar de la defensa del gobierno por el proyecto, alegando generación de empleo e ingresos, la lucha por el agua se intensifica, con manifestantes insistiendo en que el derecho al agua debe prevalecer sobre los intereses económicos. Esta movilización simboliza un acto de resistencia que se ha extendido más allá del ámbito ambiental, convirtiéndose en una expresión política y cultural en Ecuador.