El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha tomado una decisión histórica al eliminar el subsidio al diésel mediante el Decreto Ejecutivo 126, que entrará en vigencia el 13 de septiembre de 2025. Esta eliminación representa un aumento en el precio del galón de diésel de USD 1,80 a USD 2,80, lo que busca generar un ahorro total de USD 1.100 millones anuales. Noboa justifica esta medida argumentando que el gasto fiscal del subsidio no beneficiaba a las familias vulnerables, y que los recursos serán redirigidos a programas sociales, productivos y de transporte.
El gobierno ha implementado un paquete de compensaciones de 18 medidas destinadas a mitigar el impacto en los hogares más pobres, transportistas y sectores productivos. El ministro de Transporte ha asegurado que el costo del pasaje no se incrementará y que los choferes de transporte recibirán compensaciones que oscilan entre USD 400 y USD 1.000 mensuales. Además, se planea invertir en infraestructura y en créditos preferenciales para facilitar la transición en la flota de buses.
Las reacciones a esta medida han sido mixtas. Mientras algunos analistas económicos apoyan la decisión por su enfoque en el bienestar social, otros críticos advierten sobre el posible aumento en el costo de vida. Los opositores argumentan que la eliminación del subsidio será un golpe duro al pueblo y que podría derivar en un efecto negativo sobre la economía. A pesar de las diferencias de opinión, la medida marcará un punto de inflexión en la política social y económica del país.
