
Carlos Renato Ortuño, un abogado de 38 años, ha tomado la difícil decisión de solicitar eutanasia tras un atentado que lo dejó cuadripléjico. Su vida cambió drásticamente el 23 de junio de 2023, cuando fue víctima de un ataque destinado a otra persona. El evento lo condenó a un sufrimiento constante, afectando su calidad de vida y limitando sus capacidades físicas casi por completo. A pesar de los esfuerzos médicos para aliviar su dolor, la recuperación fue imposible, lo que lo llevó a buscar una salida digna a su sufrimiento.
El 4 de julio de 2025, Ortuño formalizó su solicitud de eutanasia al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y, dos meses después, recibió la aceptación de su petición. Esta decisión se enmarca en un cambio significativo en la legislación ecuatoriana, ya que la Corte Constitucional despenalizó la eutanasia en 2024. Para Renato, este camino no significa rendición, sino un acto de autonomía y dignidad frente al dolor que ha enfrentado durante años.
La historia de Renato Ortuño va más allá de su experiencia personal; refleja un debate más amplio en Ecuador sobre el derecho a decidir sobre la propia vida y muerte. En un contexto donde la eutanasia comienza a integrarse en la discusión social, su historia representa un precedente significativo. En su búsqueda de paz y dignidad, Ortuño simboliza las luchas de muchos que desean tener control sobre su propio destino en face del sufrimiento interminable.