
La Municipalidad de Quito está llevando a cabo trabajos de tala de árboles en varias zonas de la ciudad para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Hasta la fecha, se han retirado 2,520 árboles en estado crítico que representan un peligro inminente para las comunidades. Este proceso forma parte de un programa para eliminar especies que no solo son frágiles, sino que también han dejado de cumplir con sus funciones ambientales.
Las intervenciones se realizan por un equipo de expertos en arboricultura y se centran en áreas como Pisulí, La Vicentina, Iñaquito y Quitumbe, entre otros. Cada vez que se retira un árbol, el municipio se compromete a reponer diez más, conforme a la normativa local. Además, se asegura que las áreas donde se trabaja queden completamente limpias tras la extracción de los árboles.
Los ciudadanos pueden solicitar evaluaciones para talas técnicas en sus barrios a través de la administración zonal o la Secretaría de Ambiente. Es importante destacar que las acciones de tala no autorizadas conllevan sanciones económicas, subrayando así la importancia de la preservación del arbolado urbano en Quito.