El uso de la falda masculina ha dejado de ser un simple capricho para convertirse en una tendencia significativa en la moda contemporánea. Artistas de la talla de Miguel Bosé, Ricky Martin y Harry Styles han adoptado esta prenda, llevándola a desfile y eventos, lo cual ha impulsado la discusión sobre la ruptura de los estereotipos en la vestimenta masculina. En Ecuador, el humorista Logan ha sido un pionero al usarla, desafiando las opiniones tradicionales que aún persisten en su país.
Diseñadores contemporáneos han integrado la falda masculina en sus colecciones, restaurando la herencia cultural de prendas como los kilts escoceses. La diseñadora ecuatoriana María del Mar Proaño menciona que esta tendencia es una reinterpretación de estilos pasados, señalando que el avance en la moda masculina es más notorio en lugares desarrollados donde lo exótico se valora, a diferencia de Latinoamérica, donde persisten ciertos prejuicios. Muchos consideran que faltan años para que la aceptación sea completa.
Las reacciones a esta moda son variadas; mientras algunos la celebran como una forma de expresión, otros mantienen una postura conservadora. Personalidades como el periodista Paúl Tutivén afirman que no se sentirían cómodos usando una falda, mientras que otros, como el músico Luis Larrea, ven esta tendencia como un signo de evolución en la moda masculina. A medida que la discusión continúa, es evidente que la falda masculina está aquí para quedarse, empujando los límites de la moda y la aceptación cultural.
