
Ecuador se encuentra en una encrucijada debido a la presión diplomática de Estados Unidos para aceptar migrantes deportados de terceros países. Este tema ha generado un intenso debate en el ámbito político y social, con respecto a cómo afecta esta situación a la soberanía del país. Las autoridades ecuatorianas todavía no han dado una respuesta oficial, lo que ha alimentado la inquietud entre los ciudadanos y expertos que analizan las implicaciones de recibir a estos migrantes.
Marcelo Fernández de Córdoba, exvicecanciller de Ecuador, ha expresado que el país tiene el derecho soberano de rechazar la propuesta si no resulta beneficiosa. Advirtió que la llegada de migrantes deportados podría impactar negativamente en el mercado laboral ecuatoriano, ocupando empleos que son esenciales para los ciudadanos ecuatorianos que están regresando del extranjero. Considera que la prioridad debe ser la reinserción de estos compatriotas, antes de aceptar migrantes de otros países.
Fernández también señala la necesidad de que Ecuador sea firme ante la presión internacional para proteger sus intereses. Tanto Ecuador como España están evaluando las posibles consecuencias de este acuerdo, manteniendo una posición cautelosa y en reserva mientras analizan el impacto en sus políticas migratorias y en la economía local. La situación exige una delicada negociación y un estudio exhaustivo de las circunstancias actuales.