
El 14 de agosto, el ejército de Ecuador logró realizar una importante incautación en Lago Agrio, Sucumbíos, donde se detuvo un intento de robo de combustible. Durante la operación, el Batallón de Operaciones Especiales descubrió un acople clandestino conectado a la línea de transporte de EP-Petroecuador. Se encontraron 23 tanques llenos de combustible, lo que representa una significativa cantidad de recursos que se destinaba a actividades ilícitas.
El robo de combustible es un problema serio que genera enormes pérdidas al estado ecuatoriano, estimadas en millones de dólares cada año. Este combustible sustrae también sustancia química precursora para la fabricación de drogas y financia redes de contrabando y minería ilegal. La gravedad del problema ha llevado al ejército a mantener operativos continuos en las zonas más vulnerables del país para detener estas actividades delictivas.
La situación se ha agravado en los últimos años, con un aumento notable en el número de pinchazos ilegales, que se dispararon de 32 en 2022 a más de 773 hasta la fecha. El gobierno de Daniel Noboa está decidido a frenar el financiamiento a grupos delictivos mediante la intensificación de estas operaciones de control, que buscan desmantelar las redes que operan en la frontera norte del país y frenar el impacto negativo en la economía nacional.