
La crisis hospitalaria en Guayaquil ha generado una indignación sin precedentes después de la muerte de 18 recién nacidos en el Hospital Universitario. Las familias de las víctimas exigen respuestas del ministro de Salud, Jimmy Martín, quien no se presentó ante la Comisión de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia. Su ausencia ha dejado a muchos preguntándose sobre la responsabilidad del gobierno en este trágico suceso, mientras el ministro eligió comparecer ante otra comisión que no abordaba el caso de manera directa.
La situación se agrava por las críticas internas dentro de la Asamblea Nacional. El asambleísta Alfredo Serrano denunció la interferencia del Consejo de Administración Legislativa en la fiscalización, enfatizando que las comisiones deben actuar con autonomía. Durante la sesión de la Comisión de Salud, Serrano lamentó que se evadieran las cuestiones críticas del desastre hospitalario, sugiriendo que la falta de fondos es un problema aún más profundo que no se está abordando adecuadamente.
Mientras el ministro minimiza la gravedad de la situación, organizaciones de salud y defensores de derechos siguen insistiendo en la falta de un plan claro y efectivo para evitar futuros brotes de infecciones. La pregunta que persiste en la opinión pública es por qué el ministro decide cuándo y dónde ofrecer explicaciones, mientras las familias de los neonatos fallecidos continúan sin obtener respuestas. Este caso ha puesto de relieve la fragilidad del sistema de salud pública en Ecuador y la necesidad urgente de una respuesta efectiva por parte del gobierno.