
En una reciente entrevista, el reconocido dramaturgo David Mamet abandonó el set de manera abrupta después de un intercambio tenso con el anfitrión Sam Fragoso. La conversación, que inicialmente giraba en torno a sus obras y su rechazo al liberalismo, rápidamente se tornó acalorada al discutirse la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de EE. UU. y las manifestaciones pro-Palestina en la Universidad de Columbia. Mamet, visiblemente frustrado, acusó a Fragoso de antisemitismo durante el intercambio.
El entrevistador cuestionó a Mamet sobre la acción de los insurrectos y sus posturas ante la protesta, sugiriendo que su empatía parecía estar limitada a los acontecimientos del 6 de enero. Mamet, en defensa, reclamó que el diálogo se había convertido en una inquisición en lugar de una conversación abierta. A pesar de varios intentos de Fragoso por reconducir la charla hacia temas más generales, Mamet mantuvo su renuencia a discutir las manifestaciones en Columbia, lo que aumentó la tensión de la entrevista.
Finalmente, Mamet expresó su indignación, insistiendo que el comportamiento de ciertos manifestantes era inaceptable, haciendo un llamado a la gravedad de las amenazas hacia los judíos. Antes de retirarse, se despachó diciendo que Fragoso no sabía de lo que estaba hablando y concluyendo la discusión. Este episodio refleja no solo la polaridad en los debates actuales sobre temas sociales y políticos, sino también el nivel de sensibilidad que estos generan entre las figuras públicas.