
Durante un emocionante concierto en Detroit, Katy Perry demostró su gran corazón al pausar su presentación tras el colapso de una fan llamada McKenna. La joven, que había sido invitada a subir al escenario, se mostró abrumada por la experiencia y se desmayó, lo que provocó una inmediata reacción de preocupación entre el público y la artista.
Katy, al percatarse de la situación, se quedó junto a McKenna mientras el personal de seguridad acudía en su ayuda. La cantante le ofreció agua y se unió en oración, pidiendo la recuperación de la joven. En un emotivo gesto, Katy empatizó con el sentimiento de pánico escénico que muchos experimentan, compartiendo su propia experiencia personal.
Antes de finalizar el espectáculo, Katy tranquilizó a la audiencia al asegurar que McKenna estaba ‘haciendo muy bien’. Este gesto solidario no solo demuestra el compromiso de la artista con sus fans, sino que también resalta la importancia de cuidar y apoyar a quienes se encuentran en momentos vulnerables durante actuaciones en vivo.