
Wallapop, la popular startup española, ha sido adquirida por la multinacional surcoreana Naver en una operación sin precedentes, vendiéndose exactamente por los 600 millones de euros que se levantaron en 12 años de actividad. Esta venta se produce en un momento en que Wallapop está registrando sus mejores cifras operativas, con ingresos de 90 millones y un crecimiento del 25% en 2023. A pesar de estos logros, la valoración de la empresa ha experimentado una fuerte baja en el mercado, lo que ha llevado a una venta a un precio considerablemente descontado.
La decisión de Naver, que ya poseía el 30% de Wallapop, de forzar la venta ha generado cierta controversia entre los inversores. Algunos de ellos, como el fondo estadounidense 14W, intentaron ofrecer una contraoferta de 450 millones, argumentando que la valoración era baja. Sin embargo, la junta de accionistas aprobó la venta y demostró así cómo los momentos de auge pueden no reflejarse en los retornos esperados para los inversores, quienes, tras 12 años, solo recuperan su inversión original sin generar rentabilidad adicional.
Este acontecimiento marca un punto de inflexión en el ecosistema de startups en España. Pone de manifiesto la paradoja de que, a pesar de alcanzar valoraciones que se acercan a los estándares de unicornio, las realidades del mercado pueden influir en las oportunidades de retorno. Naver, al adquirir Wallapop, se queda con una de las startups más prometedoras justo cuando estaba comenzando a mostrar su verdadero potencial. Esto deja a los inversores reflexionando sobre la dinámica de los tiempos de inversión y los resultados deseados.