Apple ha anunciado su mayor inversión en Estados Unidos, comprometiéndose a inyectar 500,000 millones de dólares en los próximos cuatro años. Esta decisión parece ser una respuesta directa a la amenaza de aranceles que Trump impuso sobre los productos importados desde China, donde Apple fabrica la mayoría de sus dispositivos. Esta maniobra no solo apunta a eludir las tarifas arancelarias, sino también a fortalecer su presencia en el mercado estadounidense.
La inversión incluye la creación de 20,000 nuevos puestos de trabajo y el desarrollo de una nueva planta de servidores de inteligencia artificial en Houston, que se espera esté operativa para 2026. Además, Apple establecerá un centro de capacitación industrial en Detroit. Estos anuncios marcan un aumento significativo en su compromiso financiero en comparación con inversiones anteriores, que ya habían sido considerables.
El anuncio se produce poco después de una reunión entre Tim Cook y Donald Trump, sugiriendo que la empresa podría estar ajustando sus planes debido a las presiones arancelarias. Sin embargo, a pesar de la presentación optimista de la inversión, algunos analistas se muestran escépticos sobre la capacidad de Apple para realizar tal desembolso en el cronograma propuesto, dadas sus dependencias de proveedores extranjeros y el historial de sus compromisos financieros.
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