
Corea del Sur enfrenta un dilema crítico frente al rearme de Corea del Norte, que está recibiendo apoyo militar de Rusia. A pesar de los numerosos lanzamientos de misiles balísticos norcoreanos, la reacción de Seúl ha sido sorprendentemente cautelosa. En lugar de tomar medidas decisivas, el gobierno se ha mantenido en silencio frente a los eventos que podrían comprometer la seguridad nacional, como el impacto de un misil norcoreano en un edificio en Ucrania. Esta falta de respuesta refleja una alarmante falta de comprensión del nivel de amenaza que representa el régimen de Kim Jong-un en su transformación militar, especialmente al recibir formación y tecnología avanzada de Rusia.
Además de la coyuntura geopolítica, hay preocupaciones internas en Corea del Sur sobre cómo confrontar la creciente amenaza. La política interna está dividida entre pro y contra el envío de apoyo a Ucrania, lo que complica aún más la capacidad del gobierno surcoreano de actuar. Existe un miedo palpable entre la población de que cualquier decisión firme podría alterar el equilibrio regional y afectar la economía, especialmente considerando los vínculos comerciales con Rusia. Sin embargo, algunos analistas advierten que la ambigüedad de Seúl podría resultar en un costo estratégico mayor en el futuro.
Los expertos alertan sobre la necesidad de que Corea del Sur modernice su doctrina militar, que todavía se adapta a desafíos del pasado, mientras sus vecinos del Norte avanzan rápidamente en capacidades de combate. La percepción del riesgo está cambiando, comparando el potencial norcoreano con un ‘Godzilla’ que se intensifica en su amenaza, mientras que Corea del Sur parece actuar como si solo enfrentara un ‘tigre’. Esta situación crítica plantea la pregunta de cuándo la experiencia y la tecnología atesoradas por Corea del Norte en la guerra moderna se volverán directamente contra Seúl, marcando un posible cambio en el equilibrio de poder en la región.
Leave a Reply