Michael Douglas, recordando su famosa película Disclosure, reflexiona sobre la inolvidable escena de realidad virtual que sorprendió a los espectadores en 1994. Este thriller erótico no solo abordó el acoso sexual en el trabajo, sino que introdujo elementos de tecnología futurista que hoy en día son comunes. Douglas menciona que despreciaba la idea de que su filme podría haberse adelantado a su tiempo, lo que añade una capa de nostalgia a su impacto en la cultura cinematográfica.
En Disclosure, Douglas interpreta a Tom Sanders, un ejecutivo en DigiCom que se ve envuelto en un torbellino de acoso sexual cuando su exnovia, interpretada por Demi Moore, lo acusa falsamente. La película presenta una mezcla intrigante entre un thriller corporativo y una exploración de la tecnología virtual, permitiendo a los espectadores ver a Sanders enfrentarse a un mundo digital que ahora anticipa herramientas como Oculus Rift y Meta Quest.
Reflectando sobre la obra, Douglas siente orgullo al haber abordado temas relevantes de su tiempo y resalta la naturaleza traviesa del guion que propone una inversión de roles en el acoso. Aunque la realidad virtual planteada en el filme carece de la sofisticación actual, su intento de incorporar la tecnología futurista en una narrativa que mezcla el deseo y el poder sigue resonando, recordándonos cómo el cine puede presagiar el futuro.
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