
Después de dos días de trabajo continuo, el personal técnico de Epmaps ha logrado retirar el 45% del lodo que cubría la tubería en el páramo del Antisana. Este lodo, equivalente a 70 mil metros cúbicos, se acumuló tras un deslizamiento que afectó la línea de conducción Mica-Quito Sur, inicialmente cubierta por 600 mil metros cúbicos de tierra. Las condiciones climáticas han sido extremas, con temperaturas que han descendido hasta –4 °C, complicando las labores de remoción.
La principal prioridad del equipo de trabajo es estabilizar el terreno y remover un total de 180 mil metros cúbicos de material, que es un paso necesario antes de proceder con el reemplazo de 350 metros de tubería de acero. Esta situación se clasifica como una emergencia de agua potable sin precedentes en Quito, ya que un gran número de habitantes se ha visto afectado por la falta de suministro debido a los daños causados por el deslizamiento.
Más de 100 trabajadores están en el lugar enfrentando desafíos logísticos y técnicos en un esfuerzo por restablecer el servicio de agua. Para garantizar la visibilidad durante la noche, se han instalado luminarias en el área de trabajo. Epmaps también está buscando el apoyo de cantones vecinos para aumentar el abastecimiento de agua mediante tanqueros, ya que la magnitud de la emergencia requiere una respuesta coordinada y multidisciplinaria.
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