
En un curioso giro de los acontecimientos, un viajero llamado Patrick se encontró con una factura inesperada de 440 dólares al devolver su coche de alquiler en el Aeropuerto Internacional de Atlanta. La sorpresa llegó cuando la compañía Hertz le informó que había un raspón de 2,5 cm en la rueda trasera, que requería una costosa reparación. Este incidente destaca cómo la tecnología de inteligencia artificial ha revolucionado el proceso de inspección de vehículos.
La particularidad de este caso radica en que la detección del raspón no fue realizada por un empleado humano, sino por un avanzado sistema de escaneo basado en IA, desarrollado en colaboración con la empresa UVeye. Esta tecnología permite inspecciones automatizadas y en tiempo real, lo que significa que se puede detectar daños en los vehículos con gran rapidez y precisión. Aunque el sistema promete mayor eficiencia, también plantea inquietudes sobre costos ocultos para los clientes.
A pesar de la oferta de un descuento por pago anticipado, Patrick decidió no abonar la cantidad reclamada. La factura se desglosaba en costos por reparación, procesamiento y administración, lo que dejó a muchos consumidores preguntándose acerca de la transparencia en este tipo de cargos. Este incidente no solo resalta la eficacia de la IA, sino también los potenciales conflictos que pueden surgir entre las empresas y los consumidores en el sector de alquiler de vehículos.
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