
Bill Hader reveló una experiencia singular que tuvo con Martin Kove mientras trabajaba como su conductor en los años 90. La situación se tornó extraña cuando Kove, sin leer el guion, lo hizo perderse intencionalmente mientras lo transportaba hacia un set de grabación. Hader, que apenas tenía 20 años en aquel entonces, se vio envuelto en medio de un juego de distracción y confusión que resultó en su llegada tarde al trabajo y en una reprimenda de su jefe.
La historia no termina ahí; en el camino de regreso, Kove insistió repetidamente en saber si Hader estaba enojado, a lo que él negaba. La interacción tomó un giro peculiar cuando Kove lo llevó a un McDonald’s, prometiendo comprarle un postre, para luego disfrutar de una galleta y un batido mientras Hader lo conducía de regreso en completo silencio. Hader describió esto como un ‘juego mental raro’, dejándolo frustrado y perplejo sobre la actitud de Kove.
El relato de Hader resurge en medio de una situación reciente con Kove, quien fue expulsado de un evento tras un incidente en el que mordió a su colega Alicia Hannah-Kim. Aunque Kove se disculpó por su comportamiento, Hader reflexionó sobre su extraño encuentro con él, concluyendo que, a pesar de la experiencia negativa, podía comprender que Kove estaba atravesando problemas personales.
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