
En un evento extraordinario, la segunda etapa de un cohete Falcon 9 de SpaceX reentró en la atmósfera terrestre de forma incontrolada, capturando la atención de ciudadanos en varios países de Europa. Alrededor de las 3:43 UTC, el cohete, que había estado orbitando la Tierra, finalmente comenzó su descenso, iluminando el cielo nocturno y generando asombro y temor entre los pobladores de las zonas afectadas.
Los restos del cohete, que alcanzaron los 13.8 metros de longitud, acabaron cayendo en Polonia, específicamente cerca de la ciudad de Poznań, sin causar daños significativos. Sin embargo, el hallazgo de un tanque a presión, que se asemeja a un objeto encontrado anteriormente en una granja de Washington, provocó una mezcla de sorpresa y preocupación. Afortunadamente, este incidente no resultó en lesiones ni daños materiales importantes, pero reavivó el debate sobre la seguridad de las reentradas atmosféricas de objetos espaciales en áreas densamente pobladas.
Se confirmó que este episodio se debió a un fallo técnico durante el lanzamiento de la misión Starlink 11-4, lo que llevó a una reentrada no planificada del Falcon 9. SpaceX, conocida por su alta frecuencia de lanzamientos, ahora enfrenta preguntas sobre la seguridad y la fiabilidad de sus cohetes. Aunque estos incidentes son raros, la posibilidad de que restos de naves espaciales caigan en áreas pobladas es un recordatorio de los riesgos asociados con la creciente actividad espacial.
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