
El CEO de OpenAI, Sam Altman, ha sido criticado por utilizar un aceite de oliva premium, Graza Drizzle, de manera inapropiada mientras cocinaba. Este aceite, considerado el mejor del mercado estadounidense para platos en crudo, fue usado para sofreír ajos, lo que generó la indignación de productores de aceite de Jaén. La escena fue vista como un símbolo del derroche de recursos que algunos observadores asocian con la gestión de Altman al frente de OpenAI.
En la preparación del plato, la gran cantidad de ajo y el uso erróneo del aceite llamaron la atención, con comentarios de la reportera sobre la inusual cantidad de ajo empleado. Se notó que, justo al lado del aceite Drizzle, había otra opción más adecuada, Graza Sizzle, diseñada para cocinar a altas temperaturas, lo que aumentó las críticas hacia las decisiones culinarias de Altman.
Aparte de la controversia culinaria, el incidente plantea preguntas sobre la imagen que los multimillonarios como Altman intentan proyectar al público, buscando autenticidad en actos cotidianos como cocinar. Aunque cocinar es visto como un ‘superpoder’, resulta evidente que estas figuras famosas pueden no tener habilidades culinarias tan desarrolladas como aparentan, lo que resalta una desconexión entre su vida de lujo y la realidad de la mayoría de las personas.
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